Con frecuencia los padres y madres de niños pequeños acuden a consulta preocupados porque sus hijos aún no pronuncian correctamente algunos sonidos del habla.
Muchas veces, el problema real no es la pronunciación, sino más bien el pobre desarrollo de otros aspectos del lenguaje que son fundamentales para lograr una comunicación efectiva.
Los sonidos del lenguaje se van adquiriendo paulatinamente en un orden más o menos conocido y la correcta producción va a depender de que el niño o niña posea un buen umbral auditivo, un aparato fonoarticulador anatomo y fisiológicamente apto, un ambiente lingüístico altamente estimulante, interés comunicativo, un nivel básico de atención-concentración y patrones de modelo adecuados para la imitación.